Hacía mucho que tenía este post en el tintero, había salido numerosas veces en vuestras preferencias, así que hoy junto a Jugaia os hablamos de mobiliario pikler. La idea del post es haceros un mini recorrido de la pedagogía de Emmi Pikler y de los materiales en base a ello que se elaboraron; tanto para su uso en casa como en la escuela.
Podríamos resumir muy a grosso modo la teoría o la intención de Pikler como un gesto a no acelerar el desarrollo del niño, respetar su ritmo natural, confiar en sus iniciativas propias facilitando de este modo el movimiento libre y su actividad autónoma.
A veces parece más sencillo para entender lo que quería transmitir Pikler, explicando lo que no es. Es decir, poner en posturas al bebé que no es capaz de lograr por sí solo, forzarlo a andar, usar andadores o «juguetes y materiales» que le hagan estar en posturas por las que puede llegar por sí mismo. En difinitiva acelera su evolución natural de movimiento. ¿Y esto por qué nos ocurre? Porque a veces, como adultos, tendemos a «tener prisa» o «muchas ganas» para que consigan llegar a esa meta, o porque creemos que ya deberían estar en ese punto por la edad en la que se encuentran.

Si os fijáis en la cuadrícula, podréis ver el gran abanico de movimiento que tiene que realizar el niño hasta conseguir andar por sí mismo.
¿Eso quiere decir que si no favorecemos el movimiento libre no lo logrará? No. Pero lo que sí que habrá perdido será la oportunidad de llegar a mismo puerto de manera autónoma con todas las ventajas que ello conlleva. Puede parecer muy poético y poco conciso, pero esta manera de respetar y ver la infancia es el principio de criar y ver el mundo de manera distinta.
La total libertad de su cuerpo, conquistar la autonomía, da valor a esas pequeñas cosas, esos pequeños gestos del día a día que van forjando su autoestima, completar ciclos, entenderlos. Os recomiendo sin duda a TetaPorter, tanto su blog como sus formaciones, ya seáis familias o educadoras, encontraréis muchísima información al respecto.

A menudo, la gran mayoría de comentarios que recibo cuando en stories veis a las niñas (sobre todo a la menor) subida a un triángulo o a una rampa es «si no tengo miedo, si no se ha caído nunca…» y sin duda, creo que ese, es el punto de partida.
Hemos perdido completamente la confianza en el niño, en su gran poder de autoconomiciento y autogestión. Evidentemente cada niño es un mundo y no se puede generalizar. Habrá que serán más movidos, más atrevidos, pero sin duda, esa mirada de la que os hablaba unos párrafos más arriba es clave para reeducarnos en el «dejar ser«. Yo la primera. Tuve que reprimir muchísimas veces cuando veía a la primera subirse por todas partes. Nuestro instinto de protección, a veces, nos juega malas pasadas y con los «vigila ahí, no te subas, te vas a caer, eres muy pequeño, está demasiado alto, eso es muy peligroso…» sentenciamos y matamos.
Evidentemente hay que valorar los riesgos reales que hay en aquello que están realizando. La mayoría de veces, si miramos de manera precisa nos damos cuenta que no iría más allá de una caída, un golpe o un coletazo. nuestro papel como adulto cuando preparamos el espacio de juego (ya sea en casa o en la escuela) es prepararlo para que pueda haber el máximo movimiento libre y autonomía sin riesgos.
Pero hay más, y es que cuando empezamos con esta observación consciente, cuando nos reprimimos el impulso inicial del «¡ten cuidado!» nos sorprende ver como ellos mismos se regulan. Podemos ver perfectamente como un bebe de 18 meses se pasará días y días subiendo y bajando únicamente tres escalones del triangulo antes de atreverse a llegar al pico. Y que repetirá una y otra vez esa secuencia hasta que sea capaz de dar la vuelta y bajar por el otro costado. Habrá estudiado cada parte del objeto, cada movimiento de su cuerpo, hasta llegar al momento de verse con el suficiente valor de dar el paso. Por sí mismo.



A menudo el riesgo de caída existe cuando un bebé o un niño está en una postura o posición a la que no ha llegado por sí mismo y que por lo tanto no sabe cómo bajar. También nos podemos encontrar con niños que reclaman y reclaman estar en estas posturas o subir a determinadas estructuras (en parque por ejemplo) porque han experimentado la adrelina de estar «allí arriba» y quieren volver a sentirlo, pero no pueden hacerlo. El único modo que conocen de llegar «hasta allí» es a través del adulto. De modo que el niño, no únicamente integra que no es capaz de hacerlo por sí mismo si no que reclamará una y otra vez la presencia del adulto en el juego.

Como veis es un tema tan profundo y complejo que no puede resumirse en un solo post al blog, de modo que con Jugaia hemos decidido ir presentando diferentes acciones y en diferentes formatos para que podáis ver y entender todo lo que hay detrás de este mobiliario de juego. Queremos hacer directos con expertos, mostraros videos de juego real, propuestas y ¡mucho más!
De momento os dejo por aquí el listado del mobiliario que podéis ver en las fotografías de este post, y los materiales pikler que tienen en su web.
Además estos días Jugaia está de celebración por su noveno aniversario y tenéis TODA la web al 9% de descuento, así que es una grandísima oportunidad para haceros con un pedacito de este material, actualizar esa cesta de la compra que tenéis en mente para el cumpleaños del peque o adelantar las mismas compras de navidad. ¡Ahí lo dejo! Y si buscáis más ideas o propuesta no os perdáis la categoría del blog de Materiales y Juguetes.

Hola Esther! Moltes gràcies per aquest post! Tinc una nena de 7 mesos que va començar a gatejar perfectament abans dels 6 mesos… i ara ens trobem que es vol posar dempeus a tot arreu.
L’osteopata ens va dir que no la deixéssim posar dempeus perquè ha de desenvolupar la lateralitat i tot el que implica el gateig.
Això no va una mica en contra del concepte moviment lliure? Sovint sentim que estem castrant aquesta voluntat i procurem no fer servir el NO tot el que podem…
Intentem fer servir el sentit comú i som a terra amb ella tota l’estona i quan es posa dreta la cridem amb alguna joguina, conte o una abraçada…
Ens podries fer algun comentari al respecte??
Moltissimes gràcies!
Post muy necesario… Si tuvieras que escoger uno solo, de mobiliario Pikler, para un piso muy pequeño cual escogerías sin dudarlo? Son resistentes a exterior? Gracias.
Super interesant. Al nostre petit li van regalar el triangle i la rampa i és una passada veure com van evolucionant amb el moviment dia a dia. És un nen amb molta necessitat de moviment i va ser un encert tenir aquestes estructures a casa, encara no caminava i ja pujava i baixava de l’estructura. Ara amb dos anys ja ens demana que li posem la rampa més alta per baixar el “tululan” ?