¡Hola de nuevo a todas!
Venga que ya estamos a mitad de semana y os os traigo un post que sé que os gustará mucho: la segunda parte de nuestro viaje a Copenhague. Si os perdisteis la primera, os dejo el link aquí.
Pues bien, siguiendo con lo que os contaba, el segundo día nos despertamos (muuuuuy pronto), desayunamos en nuestro súper apartamento y nos fuimos hasta Baisikeli a alquilar unas bicicletas al más puro estilo danés. No sabíamos si alquilar dos bicis y una de ellas con sillita, ya que el problema estaba en dónde meter la cantidad de cosas que puede llegar a transportar uno cuando tiene un bebé. A parte del carrito, comida, agua, cámara, ropa por si hace frío, chubasqueros, ropa de recambio… Así que lo que nos ofrecieron los chicos fue alquilar una Christiania Bike.
Se trata de un bici con una súper caja de madera delante. Aguanta hasta 100 kilos, tiene un banquito y cinturón, de modo que cabíamos de sobras V y yo sentaditas y todos nuestros bultos. Tendríais que ver la cara de Valentina cuando se subío: alucinaba!
Nos costó unos 35€ alquilarla durante 6 horas, nada mal tratándose de Dinamarca. Así que aprovechamos el día con bicicleta para visitar aquellos sitios que nos quedaban más lejos del centro. Vamos, que el amore hizo piernas, porque yo intenté llevarla y apenas nos movimos unos centímetros.
De verdad que os aconsejo muchísimo alquilar unas bicicletas. Somos de los allá dónde fueres haz lo que vieres, así que si quieres sentirte como un auténtico danés en vuestro viaje no puede faltar un día a dos ruedas.
El primer lugar donde nos dirigimos fue a Christiania, un barrio que llama la atención a todos los que viajan a Copenhague. La Ciudad Libre de Christiania es un espacio de autogobierno, que se proclama no únicamente independiente de Dinamarca si no también de la Unión Europea, y así te lo hacen saber al marcharte.
Se trata de un barrio que empezó siendo una comuna y ha terminado siendo un espacio fuera de la ley de Dinamarca. Vale la pena visitarla, aquí os dejo info sobre la zona. Impresiona ver como han construido una mini ciudad en medio de tanta naturaleza, pero si por algo llama la atención Christiania es por la naturalidad con la venden droga. Te puedes encontrar un tendero vendiendo souvenirs i fruta al lado de un con quilos y quilos de Marihuana. Es por ello que antes de entrar os leáis bien las normar y seáis muy respetuosos con la gente. Evidentemente no se pueden hacer fotografías, en concreto en Pusher Street.
Sin duda no podéis dejar de visitarla cuando vayáis a Copenhague. A mi me encantó la escuela y cómo han integrado la naturaleza en el barrio. Como toda la ciudad está llena de flores y Valentina se paraba en todas para tocarlas y olerlas. (vale, para arrancarlas también pero es algo con lo que estamos trabajando poco a poco ;).
Cogimos nuestra bici y nos pusimos en ruta. Esta vez cogimos el canal como referencia y empezamos a subir por Snedkerfraven. Pasamos por casas preciosas, vimos gente haciendo deporte, yendo en canoas, haciendo picnics… Llegamos hasta Arsenalgraven y allí aparcamos la bici para irnos a Papiroen, el Mercado más popular de Street Food de Copenhague.
Hay toda una zona preparada para comer con mesas, bancos y tumbonas al lado del canal, y dentro un mega local con todas las furgonas ofreciendo comida de todo el mundo. A nosotros todo este rollo nos encanta, pero sin duda es otra de las grandes recomendaciones para hacer en la capital. Nosotros disfrutamos de unos días estupendos, pero si hace frío no os preocupéis porque fuera están preparados con calefactores y mantas.
Después de comer nos fuimos hasta la famosa calle de Nyhavn, el canal donde hay las casitas de colores y aprovechamos para hacernos las fotos de rigor. Hay que ver lo que cuesta tener fotos de los tres juntos que no sean selfies!
Aunque empezábamos a estar bastante cansados queríamos aprovechar las últimas horas que nos quedaban de bicicleta, así que al amore se le ocurrió subir hasta Osterport para ver la famosa Sirenita. A ver, en estos casos siempre pienso lo mismo, son cosas que hay que ver, pero que una vez llegas hasta ahí arriba, te encuentras mogollón de gente, te las ves para hacer una foto decente y una vez hecha piensas: bueno, ¿y ahora qué? Esta claro que hay que ir pero no lo acabas de disfrutar por la cantidad de gente que te encuentras. Ale, ya lo he dicho.
Valentina estaba ya súper cansada, con el viaje se le trastocaron todos los horarios: levantarse tan temprano, hacer las siestas por la calle… Esta fue la parte «más dura» del viaje. Así que decidimos devolver las bicis e irnos un rato al apartamento a descansar y cambiarnos de ropa. Como os he dicho nos hizo unos días de solazo y nosotros íbamos mega abrigados. Monísimos de la muerte eso sí.
Después de descansar y comer arándanos (la salvaje también puede denominarse como el monstruo de los arándanos) nos fuimos a ver el parque del día.
En este caso esogimos el famoso Frederiksberg Have, un parque gigante con muchísimos contrastes. Primero estuvimos en la zona infantil, dónde Valentina se lo pasó pipa, con la arena fina y los elementos naturales que había.
Después estuvimos paseando por los diferentes lagos y llegamos hasta la parte norte dónde si tienes suerte (que no fue nuestro caso) puedes ver los elefantes del zoo de Copenhague.
Como no pudimos ver animales, nos acercamos hasta el lago principal y estuvimos paseando con la cantidad de patos que hay. Mucha gente va con pan para darles y Valentina se lo pasó genial viéndolos (y esquivando la cantidad de cacas que había, todo hay que decirlo). En el lago también hay la posibilidad de alquilar unas barquitas preciosas. A nosotros se nos hizo muy tarde pero hubiera sido un buen plan para hacer con la peque.
De vuelta a casa paramos por un take away y compramos comida tailandesa. El sitio muy recomendable también se llamaba Thai house. Como el día anterior, con una luz propia de medio día, hicimos ducha y a la cama a descansar para el último día.
Pensaba contaros también el tercer día en este post pero realmente me quedan muy largos, o tengo mucha info que daros o yo me enrollo mucho, así que dejaremos para un tercer y último post (lo prometo) en el que os cuento nuestro último día de parques, tivoli y compras deco 😉
Espero que os haya gustado, y si queréis ver más propuestas para viajar en familia echarle un vistazo a la categoría de Viajes. ¡hasta mañana!
Pingback: Viaje a Copenhague (III parte) – estoreta – Family, Craft & Deco